miércoles, 2 de marzo de 2011

Leyenda del Drago Milenario

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años desembarcó la costa de Tenerife, concretamente en la indómita playa de San Marcos, en Icod de los Vinos, un mercader ansioso por adquirir “Sangre de Drago”, muy preciada en la época.

Pero he aquí que al llegar a dicha playa, se fijó en unas jóvenes muchachas que se divertían bañándose en aquella cálida tarde de verano. El mercader, de carácter avaricioso, se propuso poseer a alguna de aquellas bellas guanches y se lanzó a perseguirlas. Logró dar alcance a una y pensó en lo fácil que le había resultado. Pero no reparó ni por un momento en la inteligente mirada de la doncella a quien tenía cautiva.

Entonces ella le ofreció, como muestra de amistad y de admiración , hermosos frutos propios de la isla, frutos que parecían haber nacido en el Jardín de las Hespérides. Tan complacido se sintió el confiado hombre, que se sentó a comer cuanto ante él estaba dispuesto y no prestó la atención debida a la astuta muchacha, que aprovechó para saltar al otro lado de un barranco cercano con la agilidad propia de una gacela.

Se escondió entonces entre los árboles mientras el confuso mercader intentaba adivinar su silueta entre el denso bosque. De pronto apareció ante él un árbol extraño y aterrador que, blandiendo sus ramas como espadas y cuyo tronco serpenteaba amenazadoramente, protegía tras su asombrosa presencia a la indefensa muchacha.

Dicen que entonces el mercader, preso del terror, lanzó un arma afilada que llevaba en la mano, la cual fue a clavarse en el tronco de aquel árbol. Y cuentan que empezó a gotear de la herida producida un líquido rojo y denso que parecía sangre. Ante tal visión el hombre, aturdido, huyó como alma que lleva el diablo y, una vez pudo alcanzar su embarcación, se perdió mar adentro.

Existe otra variante de la leyenda, que tiene sus fuentes en los mitos griegos de antaño que situaban según algunas historias en canarias al jardín de las Hespérides, que en dicho lugar habitaba un gran dragón gigante de 100 cabezas, que los dioses habían ordenado que protegiera a las 7 Hespérides y velara por el jardín. El comerciante, al acorralar a la muchacha y verla tras el árbol, éste último tomó su forma real de dragón guardián, inluyendo un terror incapaz de controlar por el hombre que identificó a la muchacha enseguida con una de las hespérides, por lo que salió despavorido mar a dentro y no volvió jamás. De esta antiquísima historia desencadena el nombre de "drago", que surge a partín de la raíz del latín "draco" que significa dragón, por la similitud del árbol con el gran reptil legendario de 100 testas.

Además, ya en Grecia y, posteriormente, en el imperio Romano, al Drago se le consideraba un árbol sagrado e intocable, dado que su "sangre roja" o savia posee grandes poderes medicinales, y era utilizada para un gran número de sanamientos.

Aparte del gran Drago milenario de Icod de los vinos, existe otro Drago que sobrepasa los mil años de vida en el municipio de Santa Brígida en Gran Canaria, otro mítico en Realejos y, en la isla de la Palma, en Garajías, se encuentra la mayor concentración de Dragos, donde se sitúan también los "Dragos Gemelos" de la Palma.

miércoles, 19 de enero de 2011

Música Canaria

En la música folclórica Canaria quedan raíces amazigh de los aborígenes canarios, sobre todo en las islas del Hierro y la Gomera con instrumentos como el tambor canario y las chácaras. Para conocer mejor a un pueblo, independientemente de su mitología, cultura, leyendas o costumbres, es importante también conocer su música. Aquí les dejo dos canciones de Doña Valentina de la Sabinosa, cantante herreña que transmitió y conservó la música de su isla hasta su fallecimiento en 1973.





miércoles, 15 de diciembre de 2010

Navidad Guanche

En estas fechas señaladas les dejamos esta canción con motivo Navideño y les deseamos unas Felices Fiestas y un próspero 2011.


viernes, 3 de diciembre de 2010

Roque Bentayga

El Roque Bentayga, situado el municipio de Tejeda, en la isla de Gran Canaria (Canarias), es uno de los roques singulares de la isla localizado dentro de la caldera volcánica de Tejeda. Posee unos pitones basálticos carismáticos de la geología de Gran Canaria, su altura es de 1.404 metros sobre el nivel del mar.

Cerca encontramos el poblado (importante asentamiento aborigen) de Cuevas del Rey y Roque Camello, formados por grupos que forman en conjunto un centenar de cuevas con habitaciones, enterramientos, silos, etc. La parte más importante de este roque se encuentra en su base en el lado naciente, lo que es conocido como el “almogarén del Bentayga”, construcción que invade la roca y que se ha interpretado como el lugar de culto de los aborígenes. Relacionado con este lugar de culto se ha relacionado un muro de piedra que recorre la base del Roque por el lado Este y Sur, que podría delimitar el espacio sagrado, aunque otras fuentes dicen que podría haberse utilizado como defensa.Recientemente han dado a conocer varios grabados rupestres alfabetiformes líbico-bereber aunque hay dudas de su autenticidad.También encontramos diversas cavidades que se utilizaron para depositar a los difuntos, algunas todavía conservan los muros de piedra que sellan la cueva.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Roque Idafe


Idafe, en La Palma (aunque el vocablo también se documenta como nombre de lugar (Idaf chonom) en la comarca de Anaga, Tenerife). Sin embargo, carece de significación toponímica como valor propio:

Estâ vn roque, ô peñasco muy delgado, y de altura de mas de cien brasas donde veneraban â Ydafe, por cuya contemplacíon al presente se llama el roque deYdafe
[Abreu (1590, III, 4) d. 1676: 79]

La relación de las deidades benignas con las rocas o peñascos, materialización de un principio vegetativo de la esencia celestial, menudea por toda la cultura amazighe y habrá ocasión de volver sobre este aspecto, pero el alcance semántico de id’af identifica, en primera instancia, sólo al ser que ‘sujeta’ o ‘guarda’. Bien es verdad que este sentido obliga a tomar en consideración su posible distinción como axis mundi (o ‘eje del mundo’, algo así como un Atlas cósmico), pero las pruebas disponibles no parecen suficientes para sentar un criterio definitivo al respecto.

Situado en la Caldera de Taburiente, entre el Barranco del Almendro Amargo y el Río Rojo está declarado monumento natural.

Los auaritas (antiguos palmeros) veneraban a dicho roque, considerándolo sustentador del cielo, y creían que si se derrumbaba traería consigo grandes desgracias. Por ello realizaban ofrendas con asaduras de animales mientras entonban: Iguida iguan Idafe? (¿Dicén qué caerá el Idafe?), a lo que otro respondía Que guerte iguan taro (Dale lo que traes y no caerá).

viernes, 15 de octubre de 2010

Magec, Dios del Sol

Magec, en Amazigh insular, era el dios del sol y la luz para los antiguos pobladores de Tenerife (Islas Canarias), los guanches. Se trata de una de las divinidades principales. El término mago, con el que los terratenientes castellanos denominaban despectivamente a los agricultores tinerfeños de origen guanche tras la conquista, tiene su origen en el culto que le rendían dichos agricultores a fin de obtener buenas cosechas.

Según una leyenda mitológica guanche, Magec fue secuestrado por Guayota (el demonio) y encerrado en el interior del Teide en Tenerife, hasta que el dios supremo Achamán lo liberó. En las islas, sobre todo en Tenerife y en La Palma, se han encontrado dibujos de espirales talladas en las rocas, algunos arqueólogos creen que esas espirales simbolizan al dios sol Magec.

jueves, 14 de octubre de 2010

El Árbol Garoé



El Árbol Garoé tenía un carácter sagrado o mito dendrolátrico para los aborígenes de El Hierro porque el agua que manaba de sus hojas y se recogía en una especie de estanque era suficiente para abastecer a sus pobladores, pues no existía ningún otro depósito de agua potable en la isla.

Cuando llegaron los conquistadores, siglo XV, los bimbaches (aborígenes herreños) ocultaron el árbol, pensando que si los castellanos no encontraban agua se irían de la isla. Sin embargo, cuenta la tradición, que una doncella isleña enamorada de un español reveló a éste el secreto, recibiendo por tal acción y como castigo de su pueblo la muerte.

Es frecuente en la mitología clásica la sacralización de los árboles, así como en la beréber, primeros pobladores de las Islas Afortunadas según los estudios de los principales investigadores.


Han sido diversas las referencias al mítico árbol en Cartas, Relaciones o Erónicas, en la etapa del Renacimiento español como recurso exótico del mundo recien descubierto. Según la Crónica Canaria de Abreu Galindo:

Desde su tronco o parte del norte, están dos tanques o pilas grandes, cada uno de ellos de veinte pies de cuadrado y de hondura de dieciseis palmos, hechos de piedra tosca, que los divide, para que, gastada el agua del uno, se pueda limpiar, sin que lo estorbe el agua del otro.


Fray Bartolomé de Las Casas también se detiene en la contemplación al Árbol Santo en su Historia de Las Indias.

El gigantesco árbol era un til, perteneciente a la familia de las lauráceas y de nombre científico Ocetea Foetens Benth et H, o bien, Oreodphne Foetens Nees. Por la condensación del agua en sus ramas se producía el fenómeno que se conoce como la lluvia horizontal, que se recoge no sólo en la poceta situada baja el árbol, sino en otras de sus alrededores.

El mítico til fue derribado por un huracán en 1.604. En la actuali

dad, en su lugar

se encuentra un laurel como sucedáneo del legendario árbol bimbache, pero aún existen las charcas naturales o albercas donde se sigue recogiendo el agua de lluvia.

Al igual que ocurre con el árbol de la Sabina, el Garoé se ha convertido en todo un rasgo identificativo de la isla de El Hierro, prueba de ello son las numerosas apariciones de éste en logotipos y anagramas de las empresas insulares, así como el escudo del ayuntamiento capitalino de Valverde.

sábado, 9 de octubre de 2010

Tibicenas

Los Tibicenas en Gran Canaria y Guacanchas en Tenerife, según cuentan las leyendas de los aborígenes canarios, eran demonios en forma de perros oscuros, siniestros y lanudos con ojos rojos brillantes que aparecieron hace ya mucho tiempo en las islas sin que nadie haya podido averiguar, hasta el momento, su procedencia. Pronto buscaron el abrigo de los barrancos y las sombras de lo profundo y desde allí sembraron el pánico atacando a personas o a sus animales de manera imprevista. Para evitar este temor y como adoración, les hacían ofrendas de comida y miel, en las grietas elevadas del suelo, donde vivían estos canidos altivos. En especial, les llevaban ovejas y cabras llamadas aras (con el tiempo "ara" significó altar de sacrificio en un alto, donde se inmolaban corderos y cabras).

Aunque los Tibicenas eran seres demoniacos en forma de perro, los aborígenes en algunas ocasiones los representaron en estatuillas de barro con forma de cerdos, osos, tortugas e incluso de mono. También, en algunas crónicas, se habla de los Tibicenas como seres que salían del mar.
En yacimientos del Barranco de Santos y las Cañadas del Teide (en Tenerife) y en el Barranco de Guayadeque (en Gran Canaria), se han encontrado cráneos de perros desconocidos de gran tamaño, por lo cual la mitología en torno a los Tibicenas pudo haber tenido una base real.

jueves, 7 de octubre de 2010

La leyenda de Gara y Jonay


"Cuenta la leyenda que, en la Gomera, existían entonces, siete lugares de los que emanaba agua mágica y cuyo origen nadie conocía. Estos siete chorros, aparte de regalar virtudes a quienes de ellos bebían, revelaban, cuando te mirabas en sus aguas, si ibas o no a encontrar pareja. Si el agua era clara, el amor llegaría, pero si se enturbiaba, poco había que esperar.Ya se aproximaban las fiestas de Beñesmén, así que un grupo de jóvenes gomeras acudieron a Los Chorros de Epina para juntar agua de cada uno de ellos en un pequeño estanque, y mirarse así en él. Entre ellas se encontraba Gara, princesa de Agulo. Cuando se asomó, al principio le devolvió una imagen tranquila y perfecta, pero luego surgieron sombras y comenzó a agitarse, y de pronto un sol abrasador arrasó con toda su belleza....Gerián, el sabio del lugar, le hizo una advertencia:

-Lo que ha de suceder ocurrirá. Huye del fuego, Gara, o el fuego habrá de consumirte". Gara calló, pero el triste presagio corrió de boca en boca.

En las vísperas de las fiestas de Beñesmén, llegaron de Tenerife los Menceyes acompañados por familiares y otros nobles. El Mencey de Adeje venía con su hijo Jonay, joven fuerte y diestro en cualquier competición. Gara no podía dejar de observarlo, y en cuanto sus miradas se encontraron, el amor los atrapó sin remedio. Poco después, aún en fiestas, su compromiso fué público.
Pero he aquí que en cuanto se empezó a propagar la feliznoticia, El Teide, antes conocido como Echeyde (infierno), majestuoso volcán tinerfeño, empezó a escupir lava y fuego por su cráter, con tanta fuerza que desde la Gomera el espectáculo era aterrador. Entonces recordaron el presagio dado a la inocente Gara: Gara, princesa de Agulo, el lugar del agua; Jonay, puro fuego, procedente de la Isla del Infierno... Aquel amor era imposible. Grandes males se avecinaban si no se separaban. Entonces sus padres ordenaron tajantemente que no volvieran a verse.

Ya apaciguado el volcán, y concluidas las fiestas, regresaron a Tenerife todos los visitantes, más uno se fué con el alma vacía y el pecho quebrado. Cuentan que Jonay se lanzó al mar, en medio de la noche, para nadar hasta su amada. Dos vejigas de animal infladas atadas en la cintura le ayudaban a flotar cuando las fuerzas se le agotaban. Larga fué la travesía y ya con las primeras luces del alba llegó a su destino.

Furtivamente fué en busca de su amada,y ,al encontrarse, se abrazaron apasionadamente. Escaparon por los bosques gomeros y en El Cedro se entregaron a la pasión y al amor.
El padre de Gara, enterado de la huida de su hija, no tardó en salir furioso en su busca. Los encontraron fundidos amándose, y cuando los jóvenes se percataron de su presencia, buscaron la única salida posible.... Una implacable vara de cedro afilada, colocada entre ellos, uniendo sus corazones fué su aliado mortal. Mirándose a los ojos, se apretaron el uno contra el otro, traspasándose y dejándonlos unidos para siempre".

Gara, princesa del agua, y Jonay, príncipe del fuego, dan nombre hoy a la cumbre más alta de la Gomera y al Parque Nacional de Garajonay.

lunes, 4 de octubre de 2010

Tindaya

La montaña Tindaya o montaña sagrada está ubicada en el municipio de La Oliva, en Fuerteventura, y es muy conocida por su importancia arqueológica e histórica debido a una cantidad de grabados rupestres que allí se encuentran, rasgos de la vida aborigen del lugar.

Por algo esta impresionante montaña fue declarada como Bien de Interés Cultural, así como Punto de Interés Geológico y Monumento Natural por el gobierno de las Islas Canarias, ya que es grande su valor histórico y es de gran importancia para los majoreros en concreto, y para los canarios en general.

Por otra parte, Tindaya posee además un gran yacimiento de roca volcánica traquita, que es utilizada en el campo de la construcción, por lo que ha sido objeto de explotación en los últimos años. Esto ha ocasionado grandes polémicas debido a la historia que encierra se podría perder.

Y es que esta montaña sagrada era un lugar de culto para los majos, aborígenes que vivían en esta isla de Fuerteventura, los cuales se dedicaron a escupir más de 300 grabados en ella con diferentes formas de humanos en posiciones de pie. Estas formas también pueden ser encontradas en las otras islas del archipiélago canario y en otra áreas que fueron influenciadas por la cultura bereber.

Tindaya es uno e los lugares que posee mayor cantidad de esta clase de grabados en todo el mundo y se encuentran en diferentes tamaños, posiciones y en diferentes lugares de la montaña. Lo único que tienen en común es que todos están mirando hacia donde se pone el sol.

En 1993 el artista vasco Eduardo Chillida idea una obra escultórica sobre la montaña de Tindaya, que supondría un gran cubo de vacío en el interior de la montaña, así como oquedades hacia el exterior. Este proyecto provoca la reacción de diversos colectivos ecologistas y conservacionistas que alegan que se pondría en peligro tanto la "estructura" de la montaña (debido a su vaciado) como los grabados podomorfos dejados por los majos. Por otro lado, una serie de supuestas irregularidades y corruptelas políticas desembocan en el conocido como "Caso Tindaya", archivado por la justicia.

domingo, 3 de octubre de 2010

Dios supremo en cada isla

El Dios del cielo, ser supremo, Dios grande y sublime, dependiendo de la isla en la que nos situemos recibe un nombre o definición diferente. En Gran Canaria (Tamarán) se le llamaba Acorán, Dios superior o Dios del Sol, en Tenerife (Achinech) Achamán era el Dios supremo o Dios del cielo, en La Palma (Benaohare) se le denominaba Abora al Dios del Sol que habitaba en los cielos, en el Hierro (Hero) tenian dos divinidades importantes, Eraorahan (varón) y Moneiba (mujer) a los que consideraban dioses benignos, en La Gomera (Gomera) adoraban a Orahan, Dios creador, y en Fuerteventura (Erbania) y Lanzarote (Titerogakaet) se desconoce al ser superior al que rendían culto, aunque en Fuerteventura se han encontrado ofrendas en la montaña sagrada de Tindaya y en Lanzarote se encontraron algunos ídolos.

viernes, 1 de octubre de 2010

Guayota

Guayota (en amazighe insular, wa-yewta "el destructor") era el nombre que recibía una de las entidades mitológicas malignas en las que creían los guanches, antiguos pobladores de Tenerife (Canarias). Era la principal deidad maligna de los guanches, el demonio, aunque también se le asimila a los genios malignos aborígenes. Guayota era el eterno adversario del celestial Achamán (dios supremo del panteón guanche).


Para los guanches, Guayota moraría en los volcanes, pero principalmente en Echeide (castellanizado como el Teide), considerado este volcán como una de las puertas que comunicaban con el mundo subterráneo (el infierno). El término "Guayota" podría provenir de wa-yewta (el destructor), lo cual puede ponerse en relación directa con la actividad volcánica. Como consecuencia de ésta, podían proveerse de obsidiana para realizar cuchillos o puntas de lanza. Está asociado a los perros negros. Simboliza el principio del mal que lucha contra el del bien.

Según las creencias guanches, Guayota vivía en el interior del volcán Teide (el infierno), siendo Guayota el demonio rey del mal. Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide. Los guanches pidieron clemencia a Achamán, su dios supremo. Achamán consiguió derrotar a Guayota, sacar a Magec de las entrañas de Echeyde y taponar el cráter. La leyenda cuenta que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide. Desde entonces Guayota permanece encerrado en el interior del Teide. Cuando el Teide entraba en erupción, era costumbre que los guanches encendieran hogueras con el fin de espantar a Guayota o bien, según otra versión, para que si Guayota lograba salir de Echeyde, creyera que seguía en el infierno y pasase de largo.

A Guayota se lo representaba a menudo como un perro negro, acompañado de los Tibicenas o Guacanchas su huésted de demonios. En muchos tubos volcánicos del Teide se han encontrado restos de ofrendas y vasijas con alimentos, por lo que se sabe que los guanches hacian ofrendas en la morada de Guayota (el Teide) para aplacar la ira de este demonio.

Guatimac

El Guatimac, es un ídolo guanche encontrado a finales del siglo XIX (año 1885) en el barranco de Erques en el municipio de Fasnia, (Tenerife, Canarias) en una cueva y envuelto en pieles. Actualmente se puede ver en el Museo Arqueológico del Puerto de La Cruz. Aunque se desconoce su significado preciso, parece ser que esté relacionado con el mundo mágico religioso de los guanches. Se cree que representa a un genio o espíritu protector, este tipo de imágenes eran usadas por la casta sacerdotal aborigen de los Kankus o bien por los Guadameñes.

Uno de los primeros historiadores en tratar en profundidad sobre el tema de los ídolos guanches fue el tinerfeño Juan Béthencourt Alfonso, nos ofrece esta descripción: "El símbolo o idolillo de que nos ocupamos es de barro cocido, aunque la torrefacción resulta desigual y de un color blanco amarillento. La figurilla está incompleta por haberse roto un pequeño trozo de lo que pudiera llamarse bóveda craneana, o mejor capacete, como lo indica la interrupción del perfil, y la línea de puntos señala el sitio, hacia el cuello, donde le atraviesa un agujero para pasar la correa y a fin de llevarla colgada. La figurilla es aplastada de delante a atrás y de un grueso en dicho sentido de 6 a 7 milímetros, menos en la base que tiene un centímetro."

Juan Béthencourt Alfonso

Ídolo de Tara

El ídolo prehispánico de Tara se ha confirmado como un icono de identidad de todos los canarios. No es más que una pequeña estatuilla de barro de 27 centímetros de altura, pero en torno a sí aglutina sentimientos de identidad muy fuertes que emanan de gran parte de la sociedad canaria. El ídolo de Tara, una pequeña terracota identificada con el culto a la fertilidad de los antiguos pobladores de Gran Canaria, descansa en una vitrina del Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria. Allí, en su encierro de cristal, nos habla de un pueblo orgulloso e independiente que forjó el carácter de los actuales pobladores de la antigua Tamarán. Ahora, vencidas ya las barreras del mar, la pequeña estatuilla se ha convertido en todo un icono del pueblo canario.

Se trata de una escultura femenina en postura sedente (sentada) y rasgos esquemáticos que representa a la fecundidad. Uno de los rasgos característicos de esta figura es la exageración de muslos y antebrazos y la cuidada manufactura de la pieza, que presenta un exhaustivo bruñido (pulido mediante el frotamiento de callaos de playa) y restos de pintura en el 90 por ciento de su superficie. Aunque nos ha llegado en muy buen estado, el ídolo de Tara ha perdido sus brazos y se cree que sus manos descansaban sobre los muslos. Aunque el grado de esquematismo es grande, el artista se permitió algunos rasgos realistas que imprimen personalidad a la pieza. Lo primero que llama la atención es la cara. El alfarero modeló una pequeña cabeza hueca en la que insinuó los rasgos faciales mediante pequeñas incisiones. Otra licencia de representación figurativa es el ombligo que adorna el vientre de la figura, a la que se le seccionó de manera deliberada la parte que corresponde a las nalgas.


Desde siempre, se ha identificado a la figura como un hallazgo encontrado en el poblado prehispánico de Tara (Telde – Gran Canaria), pero según indica el Museo Canario, la procedencia del principal icono del centro museístico grancanario no está claro y su etiqueta sólo indica que su localización es la isla de Gran Canaria. Un catálogo de terracotas prehispánicas de Gran Canaria editado en el 2000 por el centro museístico asegura que el nombre más apropiado para esta pieza es el de ‘ídolo de Chil’, ya que fue donado al Museo Canario por el Dr. Chil y Naranjo.